martes, noviembre 01, 2005

¿Cuando callar?


"¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?"

~ Francisco de Quevedo ~


[Sarcasmo] me dió un nuevo codazo instándome, aguijoneándome, apremiándome a soltar de una buena vez las palabras que hacía rato pujaban por salir de mis labios... dulces... y a la vez ácidas...
Me miraba intensamente y sus delgados labios se hacían segundo a segundo mas angostos resaltando cada vez mas la blancura de su piel... con sus ojos rasgados señaló a mi interlocutor murmurando "Dilo..." y en su expresión se notaba que saboreaba anticipadamente el efecto de mis palabras...
En un extremo de la habitación [Prudencia] ha aguardado con los ojos fijos en el suelo, tímida y silenciosa, casi sin hacerse notar pero justo en ese momento... cuando percibe que voy a hablar... cuando siente que las palabras saldrán me mira y con un leve dedo sobre sus labios me llama al silencio... y lo logra... y nuevamente me contengo...
Con un suspiro de frustración [Sarcasmo] sale de la habitación dando un portazo... mientras que [Prudencia] insinúa una leve sonrisa y vuelve a clavar sus ojos en el suelo, y se queda silenciosa... casi invisible...
Mientras tanto yo dejo de escuchar a mi interlocutor, me abstraigo y me pregunto : ¿cuando uno ha de callar?

9 Comments:

At miércoles, noviembre 02, 2005 12:05:00 a. m., Blogger Blood said...

Si Sarcasmo hubiera estado ahí, te habría dicho: "tu te lo pierdes" antes del portazo, y le habría dicho a Prudencia: "¿ganaste?".
Creo que quien mejor te guía en el hablar y el silencio es Sabiduría... lamentablemente a veces no la podemos encontrar, si es que la tenemos cerca...

Saludos sarcásticamente prudentes

Jorge

 
At miércoles, noviembre 02, 2005 1:43:00 a. m., Blogger Kramer said...

Sarcasmo, ingenio y exposición de pretensiones,
trabajosa prudencia al disimulo.
La lechuza de la sabiduría siempre emprende su vuelo.

Kramer

 
At miércoles, noviembre 02, 2005 9:26:00 p. m., Blogger TinoRO said...

Quevedo y C.G. han sido prudentes y con sarcasmo contenido han optado por abtenerse de dar respuesta a preguntas cuya respuestas es una: "siempre y nunca " (creedme... me lo dijo el mismo Dios)


Saludos,
Tino RO

 
At jueves, noviembre 03, 2005 1:05:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Cuando después de respirar hondo y contar hasta ¿20? decide que es mejor dejarlo con la palabra en la boca... (Y quedas como una Lady: luego, cuando no te oiga ¡¡gritaaaaaaaaa!!) Besos silenciosos.

 
At viernes, noviembre 04, 2005 1:06:00 p. m., Blogger kartulina said...

Que dificil desición, como saber cuando hablar?, tengo la impresión y es lema de mi vida que uno debe hablar o callar cuando el corazón te lo indica...
No todo se dice en esta vida, eso es cierto, pero no todo se calla.
Por ejemplo yo, siempre he guardado bajo 7 llaves mi corazón y esta vez lo abri para ustedes...
Visitame y dame tu opinion...

 
At viernes, noviembre 04, 2005 1:54:00 p. m., Blogger J.C. said...

Mhmm.
Normalmente, tiendo a callar, cuando ya he hecho todo el daño que podía.
Después de eso, viene el silencio.
J.C.
P.S. Dentro de poco, sabrás el final de mi historia. Te puedo adelantar, que alguien que nadie esperaba, vuelve para la batalla final.

 
At viernes, noviembre 04, 2005 2:02:00 p. m., Blogger     said...

Uno nunca ha de callar, siempre se dice algo. No decir palabras no quiere callar. Eso lo sabes bien... es sólo que el interlocutor a veces es un inepto en percepciones.


Saludos

 
At sábado, noviembre 05, 2005 4:24:00 p. m., Blogger tetela said...

Más tarde o más temprano las palabras se materializarán, en la forma de gestos, expresiones, enfermedades extrañas o simplemente como palabras. "Dulces o ácidas" esas emociones precisan encontrar su destino, para volver a generar lo mismo; gestos, expresiones, enfermedades extrañas o simplemente palabras en una especie de "moto continuo" e perpetuo.

 
At lunes, diciembre 05, 2005 3:25:00 p. m., Blogger Maqui & Violetas said...

En uno de mis primeros post me tomé también de esa frase de Frnacisco de Quevedo, es breve, pero dice tanto.
Lástima que muchas veces hay que callar por miedo.

 

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